Uno de los daños colaterales que ha traído la crisis sanitaria del Covid-19 es un empeoramiento de la situación económica que está llevando a un recrudecimiento del fenómeno de la ocupación ilegal de viviendas vacías. Todo este período de confinamiento en el que no estaban permitidos los desplazamientos ha supuesto el “abandono forzoso temporal” por parte de sus propietarios, de esas segundas residencias, circunstancia que ha sido aprovechada por determinadas personas para entrar ilegalmente en esas viviendas “vacías”.
Aunque las comunidades autónomas de Madrid y Cataluña han sido pioneras en el tratamiento de esta problemática situación, la extensión de esta cuestión al resto del territorio nacional (con especial repercusión en las zonas costeras) está obligando al resto de comunidades a tomar cartas en el asunto con objeto de promover medidas legislativas que defiendan los derechos de los legítimos propietarios. Mientras se resuelve esta cuestión estamos seguros de que podemos ayudar para que dar a conocer cómo se puede evitar la actuación de los popularmente conocidos como “okupas”.
Dentro de las medidas de seguridad que se podrían utilizar vamos a hablar de las dos que, a nuestro juicio, tienen un mayor grado de efectividad.
Sistema de alarma para evitar ocupación ilegal en segundas residencias
En muchas ocasiones no se tiene el menor reparo en gastar una gran cantidad de dinero en la adquisición de, por ejemplo, una televisión o cualquier otro tipo de electrodoméstico. Sin embargo, con demasiada frecuencia, existen fuertes reparos a la hora de tomar medidas para proteger no solo estos bienes materiales sino también algo que es muchísimo más importante: la seguridad de los propietarios de la vivienda en cuestión. Además, hay también una tendencia muy acusada a considerar que, en caso de robo, la compañía de seguros se va a hacer cargo del valor de lo que nos ha sido sustraído, cosa que no siempre sucede.
Por lo tanto, es importante tener en cuenta que la seguridad ha de ser considerada una inversión y no un gasto, ya que su finalidad última es la protección de los bienes, pero, sobre todo, la de las personas.
Existen una gran variedad de sistemas de seguridad con distintas características y diferentes prestaciones. Esta amplia gama de opciones hace más que recomendable contactar con profesionales de la seguridad, pues ellos son las personas idóneas para valorar los puntos críticos de la vivienda y quienes pueden recomendar cuál es la opción que mejor se adapta a las necesidades de seguridad detectadas.
Un buen sistema de alarma debe ser sencillo de utilizar y debe ser capaz de detectar cualquier tipo de intrusión que se pueda producir, garantizando la seguridad de los ocupantes de la vivienda. El hecho de estar conectado a una central receptora de alarmas (CRA) aumenta, lógicamente, sus prestaciones pues no solo se avisa al titular del sistema de que se ha producido una incidencia, sino que también, dependiendo de la gravedad de ésta, avisará a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y coordinará todas las actuaciones.
Debido al confinamiento muchas naves y empresas han permanecido cerradas. Gracias a los sistemas de seguridad especialmente diseñados para la protección de este tipo de instalaciones, se han podido evitar multitud de robos. Si resulta evidente que han funcionado bien este tipo de sistemas en recintos empresariales, ¿por qué no utilizarlos también para proteger nuestras segundas residencias?
Servicios de seguridad para comunidades y urbanizaciones
Si tu segunda residencia se encuentre en una urbanización, contar con un servicio de seguridad para una comunidad o urbanización, es fundamental para evitar la intrusión de “okupas”. Los vigilantes de seguridad siguen unos protocolos muy estrictos de vigilancia para evitar tanto los robos, como la ocupación ilegal de viviendas, así como cualquier otra incidencia que se pudiera producir como, por ejemplo, incendios o inundaciones.
Las continuas rondas por el perímetro y las zonas comunes de la urbanización garantizarán la seguridad tanto de las personas que residen allí todo el año como de las que sólo acuden a sus viviendas de forma ocasional. Los vigilantes de seguridad conocen a la perfección el modus operandi de este tipo de delincuencia y con su actuación pueden evitar un robo o el allanamiento de una vivienda antes de que ocurra. Por lo tanto, los vigilantes de seguridad de las urbanizaciones detectan con antelación a los posibles delincuentes, informan a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de su presencia y de esta manera impiden que estos entren en las viviendas. En resumen, anticipándose a la ocupación evitan el problema.
La preparación de los vigilantes, junto con el conocimiento del recinto y un plan personalizado realizado por una empresa de seguridad, consiguen que se alcancen unos elevados estándares de calidad en la prestación del servicio.
¿Todavía eres de los piensas que un sistema de seguridad en una segunda residencia es un gasto?
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